Amor

Bajando por una Av, de un pueblo de provincia, saltando vías abandonadas de la vieja Trocha Angosta, me encuentro con una añeja panadería, -dicen que la galleta de puño y la trincha de ahí, por el 1800 y tantos, las saboreaba Don Juan Moreira-. Al entrar se respira ese olorcito a pan recién hecho, tibio, somnoliento, y afrancesado. A la derecha una de sus paredes está cubierta de afiches de un poeta urbano -quizás oriundo del lugar, o quizás un bohemio de alquitrán-, cada uno con una frase que se presta a reflexionar. Me llamó la atención esta 

"Se Necesita

 Con Suma Urgencia 

DADORES DE

AMOR"  

 Que se puede decir del Amor, -los Griegos se preguntaron hace más 2500 años atrás, que era El Amor, al calor de en un famoso banquete-. Esa pregunta  nos atraviesa a todos y no la podemos definir claramente; porque no es lo mismo que decir te quiero, te necesito, me haces bien, no puedo vivir sin vos o incluso te amo. 

Hay dadores de amor?, que me los presenten

Hay suma urgencia de amor?, lo urgente es efímero 

Hay necesidad de amor?, tal vez de manera inconsciente

Este caminante ha rumiado sobre el amor desde su infancia y no  ha logrado definirlo con palabras, lo ha encontrado en una imagen de extrema ternura: la de dos ancianos  tomados de la mano en una playa, abriéndose paso entre la gente camino al mar. En ese gesto ellos se volvían a elegir a pesar del paso del tiempo.