Hay un Destino que inexorablemente
conduce a algún momento
Errantes moles de acero espuman
las Palmas de un Paraná revuelto,
escurridizo,
de plomo marrón.
De aquél Griego -Heráclito el oscuro -, quien
lo pensó más allá del tiempo,
quien lo imaginó sin nombre,
sin márgenes, ni límites
Hoy a la siesta ventosa y gris
de un día sin nombre,
no hay canal barroso y húmedo que te atrape,
te contenga,
y te transporte al instante
preciso donde decidiste claudicar,
y dejar de Ser.
En un anonimato imperecedero
transmutando de raíz a tronco,
a rama, hoja y fruto, Volver
a ese Eterno Retorno de un acero
cargado de ruido,
de otro brazo milenario del Paraná.
Zenón, en el año de algún tiempo
No hay comentarios.:
Publicar un comentario