Hay encuentros que son inevitables,
que le dan forma a otras formas,
como pisar ese Banksy sin mirar
en plaza Houssay.
De repente lo tenés de frente,
descascarado,
gris,
marrón,
blanco,
y hasta rojizo también;
otra obra de arte, creada por
el propio paso del tiempo,
que fue mellando con humedad,
calor,
salitre,
y el roce imperceptible
de la naturaleza animada.
Sin la mano del hombre,
sin la osadía de palabras,
ni la de bocetos arrugados.
El caminante lo vio, atinó a fotografiarlo,
lo llamó por su nombre....
El otro calló.
(Vos que ves?)
Zenón el caminante,
una pared a la orilla del Paraná de las Palmas

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