domingo, 27 de julio de 2025

Palmas de un Paraná


Hay un Destino que inexorablemente

conduce a algún momento 

Errantes moles de acero espuman 

las Palmas de un Paraná revuelto, 

escurridizo,  

de plomo marrón.

De aquél Griego -Heráclito el oscuro -, quien

lo pensó más allá del tiempo,

quien lo imaginó sin nombre,

sin márgenes, ni límites

Hoy a la siesta ventosa y gris 

de un día sin nombre,

no hay canal barroso y húmedo que te atrape,

te contenga,

 y te transporte al instante 

preciso donde decidiste claudicar,

y dejar de Ser.

En un anonimato imperecedero 

transmutando de raíz a tronco,

a rama, hoja y fruto, Volver

a  ese Eterno Retorno de un acero

cargado de ruido,

de otro brazo milenario del Paraná.  




                                              Zenón, en el año de algún tiempo



 

martes, 22 de julio de 2025

Huellas

 

Hoy es el alba,

mañana la noche; ellas

dejan sus huellas bajo un sol líquido,

que lo perfuma todo,

que lo abarca, 

que lo abraza,

que lo hace sonido profundo.

La naturaleza indaga sus raíces,

descubre llantos todos los días,

  y  a toda hora.

En una vigila precoz

escapa a otros estados de ánimo.

No hay Ser que sea sin ella,

hay un alimento primitivo

que aprovecha las sombras,

esculpiendo sólo pétalos

de jazmines,

de rosas,

y lirios blancos.

Que aromas se mantendrán

bajo la tibia manta del olvido,

en una sinrazón de excusas 

y  a salvo de todos los olvidos.



                                           Zenón, Octubre 2021

lunes, 14 de julio de 2025

Desencuentro

 

Desencuentro de salir sin buscar,

y saber que pensábamos lo mismo.

En una necesidad construida de casualidad,

al cruce de miradas en el Varela Varelita.

Vos evocando con nostalgia 

las tardes en el barrio Histórico de la vieja Colonia,

Yo rumiando palabras de un pueblo apagado de provincia.

Que confín del río del Plata nos separaba, 

a pesar de esa mesa al medio,

Y al grito del gallego "agarré el 32 a la cabeza",

nuestros mundos se unieron.

Corrimos bajo el aguacero de las

antiguas barrancas de Belgrano, y nos despertamos

siendo dos desconocidos.

Sí...,  ausentes de los tiempos,

 de las almohadas hundidas,

de las mantas húmedas,

y las camas de flejes vencidos.

 Extraño ese ritual,

 los desacuerdos,

los casuales encuentros,

los mercantes del puerto

 y tu sonrisa púrpura de abril.



A vos que seguro lo estás leyendo

en el Portón de Campo, junto a los restos

de las antiguas murallas del Sacramento;

bajo la brisa suave del atardecer

cansino.

 

Otoño 1994, Bs As, Colonia del Sacramento,

Uruguay

 

domingo, 6 de julio de 2025

Diciembre


Ohh...,  Amor  perdido en diciembre,

bajo un túnel de vías y durmientes,

en la dureza del acero inquebrantable,

brilloso,

              lívido,

                        suave.

La garita del guarda  fue cómplice

de esos cuerpos robados,

bajo el ancha ala 

del sombrero de glicinas.

Las madrugadas de sereno

fingían otras estaciones

en un espasmo quebradizo 

de la luna.

Huyendo de los días,

y escapando del hastío,

los esteros florecieron, 


                                       los encuentros mecieron

                  vacíos catres,

de sábanas tibias, salobres y

arrugadas.

El eterno gesto del tiempo

volverá sus pasos 

a otros diciembres sin cenizas.


Zenón del Arrabal

Diciembres, 86, 87,91


Escritos de Arrabal

Piel

Como se puede querer con la piel,  y sentir el todo que nos recorre,  en la sutil pereza del Amor.   Dar a luz con suavidad una palabra,  re...