Abandoné la lluvia gris de primavera,
volviendo de la sombra hostil y fría
Las paredes ya no hablan,
sólo reflejan impávidas
los cascarones de cal y un salitre espeso
del ladrillo a medio coser.
Me tiendo sobre la humedad
de mis huesos rígidos y tibios,
reclamando las yemas de esa mano
que un día fue niño.
Que tan inocente jugaba
escondidas en terrenos baldíos
Es inútil,
Inútil?
Son demasiado los años
Imposible recordar
Imposible aferrar la memoria
Imposible continuar el juego
El rey huye del jaque
por cuadrículas sin defensas
Sólo con su alma
Sólo con su cuerpo deshabitado
Y en el ocaso del último salto
las astillas de los huesos abonan
las arenas de un desierto
Zenón 2021



