Levitó sobre el cielo de Londres
apoderándose de la espesa niebla,
dura,
húmeda,
escudriñando en cada rincón
Absorbiendo olores nauseabundos del metro,
palpando alfombras,
paseándose en los deseos de pobres vagabundos
Descubrió la estrechez,
las mezquindades y miserias.
En un suspiro oscuro descobijó la iluminación,
todas las respuestas y el único símbolo milenario
Al sexto día reposó bajo el ala de un profundo sueño.
Zenón del Arrabal
Londres 1997
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